El hígado filtra casi 1,4 litros de sangre por minuto neutralizando sustancias tóxicas para poderlas expulsar del cuerpo. Estas toxinas tienen distintos orígenes o puntos de entrada en nuestro organismo:
- Ingeridas: como alcohol, medicamentos, alimentos procesados, pastas dentales, enjuagues bucales, metales pesados presentes en alimentos y bebidas, etc.
- Inspiradas: elementos en suspensión o presentes en el aire que respiramos, fumar, inhalación de sustancias tóxicas, productos de limpieza (lejías, aguafuerte, salfumante, otros), metales pesados en suspensión, etc.
- Por contacto: productos químicos que se absorven a través de los poros de la piel, por ejemplo, residuos de detergentes para la colada de la ropa, cosmètica, metales pesados, etc.
- Por radiaciones electromagnéticas: en este caso hace referencia al efecto de ciertos campos electromagnéticos presentes en nuestro entorno y proximidad que pueden llegar a incidir y/o modificar la actividad eléctrica de nuestras células y nuestra química corporal, alterando la actividad celular de diferentes tejidos: Wi-Fis, algunos electrodomésticos habituales, líneas eléctricas próximas, cableado del edificio deficiente, etc.